Comienza 2024 y ya ha dejado destellos de lo que está por llegar en un mundo en permacrisis.
Comenzamos el año pendientes de nuevo de la grave amenaza a la cadena de suministros que supone la extensión del conflicto entre Israel, Hamás y Hezbolá al Mar Rojo. Irán ya ha mandado una fragata en apoyo de los Huties que han pasado de ser ignorados por el mundo a colocarse en el centro del tablero de ajedrez.
El terrible conflicto en Gaza no sólo escandaliza a medio planeta. En un mundo multipolar, pone de relieve la frágil interdependencia global. La posibilidad de que estalle un enfrentamiento regional en aguas del Mar Rojo amenaza con volver a reventar todas las previsiones macroeconómicas. Y lo hace en un momento en que parecía que se empezaba a controlar la inflacción tirando del freno de mano de la economía.
Con Europa entrando en recesión, un conflicto en Oriente Medio puede terminar por poner contra las cuerdas a la economía europea y a sus empresas, totalmente dependientes de los productos que llegan a través del Canal de Suez, y de forma muy especial del combustible. La incertidumbre y la volatilidad del momento ponen de nuevo en una situación más que complicada a nuestras empresas.
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La reunificación pacífica de Taiwán (y el conflicto de Ucrania)
Junto a este conflicto el mundo sigue muy pendiente de la situación en aguas del pacífico. Es año electoral en Taiwán, y no faltan las renovadas advertencias por parte de China sobre su próxima anexión y sobre la necesidad de que los taiwaneses al votar no se equivoquen con la papeleta que han de elegir.
Ante esta situación, la flota americana posicionada en el Mar Rojo debe evidenciar su capacidad de seguir ejerciendo como gendarme global si no quiere que China sufra la tentación de consumar sus amenazas.
Por otro lado, Ucrania entrará en breve en su tercer año de conflicto.
En las últimas semanas los rusos están renovando sus esfuerzos ofensivos coincidiendo con la ofensiva aérea ucraniana en Belgorov. Si los rusos acaban ganando esta guerra, las posibilidades de que aumente su tentación de más incursiones en Europa del Este se incrementarán. Determinante será la continuidad del apoyo económico americano en lo que queda de presidencia Demócrata. Lo que es evidente es que si Trump (o quien fuera el candidato republicano) ganase las elecciones en noviembre, Ucrania quedaría a su suerte y los americanos mantendrían su apoyo preferente a Israel.
El infierno de la emergencia climática
2023 va a cerrarse habiendo roto todos lo records de temperaturas.
Todo indica que en 2023 se ha rozado el aumento de 1,5º de temperatura. Los científicos lo achacan a la combinación del fenómeno El Niño y el efecto invernadero. Las emisiones mundiales de CO2 no sólo no disminuyen. Continúan aumentando dramáticamente tras el espejismo del parón que supuso el confinamiento de la pandemia.
Países como China e India son cada vez más intensivos en el uso de combustibles fósiles. La industria China necesita gran cantidad de carbón y diesel para lograr sacar adelante todos los pedidos que recibe de vehículos eléctricos, placas fotovoltaicas y aerogeneradores. Es la paradoja de la descarbonización de la economía. Es imposible electrificar nuestra economía a base de renovables sin una ingente quema de combustibles fósiles. A cambio, hoy por hoy, las renovables se descubren incapaces de cubrir la producción energética actual.
Tal es el punto que, por primera vez, algunos medios de comunicación de masas comienzan a hablar ya de la necesidad de un decrecimiento generalizado a nivel global si queremos evitar en los próximos años superar los 2ºC de aumento de las temperatura del planeta. Parece, de hecho, que la reciente mención de la reina Letizia a este asunto, ha abierto la veda al debate como demuestra el hecho de que TVE haya dedicado un programa monográfico al asunto entrevistando a profesores del CSIC como Antonio Turiel o Fernando Valladares.
El Peak Oil
Ante este panorama, algunos científicos del CSIC como Antonio Turiel auguran que, tras haber alcanzado el Peak Oil, en 2018 el mundo camina inexorable a un escenario en el que pronto escaseará el petróleo al dejar de ser rentable su extracción. Sólo gracias a la extracción del petróleo de esquito (sale oil) y al empleo del Fracking, el mundo esta siendo capaz de mantener la maquina activa. No obstante, ya comienzan a verse signos evidentes de falta de diesel en países del tercer mundo.
Algunos hablan incluso de que nos encaminamos a un acantilado energético. De hecho, los inventarios globales de petroleo, después de que Estados Unidos haya vendido más de 300 millones de barriles de sus reservas estratégicas, están en su punto más bajo en 5 años.
El posible pinchazo de la burbuja eólica
La decisión tomada en los últimos años de incrementar el tamaño de los aerogenarodes a los 15 MWh han demostrado que, además de muy caras, tiene una vida útil muy corta. Empresas como Vestas y Siemens Gamesa están perdiendo ingentes cantidades de dinero en su fabricación y ahora han de ser rescatadas por gobiernos como el alemán o el español.
Unamos a esto el pinchazo del mayor productor de turbinas, la china Goldwind. Sus beneficios han descendido un 98%. Una mala noticia teniendo en cuenta que los chinos las producen usando carbón. Sus costes de producción son muy inferiores a los europeos pero están gastando mucho en I+D hasta quedarse sin margen para los beneficios. Así que si China no es capaz de rentabilizar su producción, estamos en serios problemas.
La IA y las ciberamenazas
2023 se cierra con la primera regulación mundial de la IA. Ha sido Europa quien ha cogido el toro por los cuernos poco después de la grave crisis interna a la que pudimos asistir en el seno de Open AI con la fugaz salida de su CEO Sam Altman. Si en sólo un año la IA generativa ha comenzado a cambiar todo, el 2024 puede ser toda una revolución que ponga en cuestión modelos económicos, laborales, de gestión y amplíe el catálogo de riesgos a los que nos enfrentamos.
No hablo de que la IA alcance la Singularidad. Sin llegar a consumir ciencia ficción, en este punto conviene ser más terrenales y pensar en lo intensiva que es esta tecnología en consumo de energía, agua y microchips. Todo esto en un momento en el que el mundo camina con paso decidido hacia una catástrofe climática y al tiempo acelera en desarrollos tecnológicos que van a suponer incrementos exponenciales en la quema de combustibles fosiles.
Unamos a esto las ciberamenazas que, lejos de disminuir como riesgo, se concretan un año más con un constante incremento de ciberataques a nivel global. Recordemos que ya en 2023, 300 especialistas consultados por el WEF señalaban el riesgo de que en no más de 2 años se pudiera producir un blackout masivo como consecuencia de una acción coordinada.
El discurso Tecno Optimista
Frente a este panorama no son pocos los que aseguran que el mundo esta mejor que antes y que todos los retos que enfrentamos los resolveremos con tecnología. Paradigmático el artículo de Kiko Llaneras en El País que presenta 43 buenas noticias para empezar el 2024 con optimismo.
No voy a ir desgranando las 43 porque la mayoría las desmontaría en segundos cualquier persona mínimamente informada. Pero si voy a poner el acento en las afirmaciones más sorprendentes.
- En España ha subido la renta mediana. ¿Aunque fuese verdad, significa que el mundo mejora? Mejoraría España, pero no el mundo, que es a lo que se alude en el titular ¿Y de la inflación y pérdida del poder adquisitivo, no hablamos? ¿Y del brutal endeudamiento del país, tampoco?
- El PIB mundial per cápita casi se ha doblado en lo que llevamos de siglo. Según el programa mundial de alimentos, 783 millones de personas pasan hambre crónica. Además, más de 345 millones de personas enfrentan altos niveles de inseguridad alimentaria en 2023 y no saben de dónde vendrá su próxima comida. Eso es más del doble que lo registrado en 2020.
Una de las 43 buenas noticias es que llegaron nuevos emojis. El de la risa ya estaba inventado, ¿No? XD
- La inteligencia artificial generativa continúa sus avances asombrosos. Me remito a lo dicho más arriba sobre los graves riesgos que conlleva.
- Tenemos medicamentos revolucionarios contra la obesidad. El recién publicado Atlas Mundial de Obesidad 2023 predice que más de 4.000 millones de personas en el mundo, el 51% de la población global, sufrirán sobrepeso y obesidad en 2035 frente a los 2.600 millones de 2020. Esto sí que es una pandemia. La solución que propone el artículo, en vez de cambiar los hábitos alimenticios, es consumir más medicamentos.
- Los linces ibéricos siguen multiplicándose. Según WWF el planeta se enfrenta a la sexta extinción masiva de especies. Según su último informe Planeta Vivo, en los últimos 50 años, las poblaciones de especies de vertebrados han disminuido un 68%. Parece que el line ibérico es la excpeción. Es la era de las consecuencias.
- China multiplicó por tres sus renovables. China consume la mitad del carbón mundial y alcanzará su pico en 2023. Sus emisiones de dióxido de carbono, que son las más elevadas del mundo, aumentaron en 2023 como resultado de la baja producción hidroeléctrica y la reactivación de la economía del país posterior a la pandemia.
- España generó la mitad de su electricidad con fuentes renovables. De nuevo ¿No era en el mundo lo que describe el titular? Aunque es cierto el dato para España, a nivel global las energías renovables sólo suponen un 10% del mix. Por cierto, el carbón ha crecido un 9% a nivel global.
- La mortalidad infantil se ha reducido más de lo que podemos concebir. Como dice el periodista, “todavía en 1950, no hace ni 75 años, uno de cada cuatro niños moría demasiado pronto.” No obstante, y según el último informe de UNICEF de 2022, la crisis económica mundial ha exacerbado las privaciones que sufren los niños y niñas más vulnerables. Las proyecciones indican que, en 2023, uno de cada cuatro niños y niñas vivirá por debajo de los umbrales nacionales de pobreza. Esto supone un retraso de cuatro años con respecto a la trayectoria que seguía la reducción de la pobreza infantil a nivel mundial antes de la pandemia. El número de personas que necesitan ayuda humanitaria sigue aumentando. En 2022 alcanzó unos 274 millones frente a los 235 millones de 2021. Me alegro, no obstante, de que la hija del periodista, que usa como ejemplo en el artículo, haya llegado a este primer mundo sana y arropada por nuestro magnífico sistema sanitario. Solo tenemos que ver las noticias en cualquier canal de television para darnos cuenta de que esta normalidad es utopía en muchos países. En Gaza, por no ir más lejos, 4 de cada 10 muertos en esta guerra es menor de edad.
Pues eso, un poco de tecno optimismo le va bien al clickbait. Ya sabemos que previsiones tan sombrías como estas posicionan mal en la agenda de los Medios. Igual este artículo también. Pero no importa. En Señor Lobo & Friends preferimos apostar por el rigor en nuestros informes aunque nos salgan más feos.
Feliz 2024 en cualquier caso.